Basado en un artículo de Jaime Poniachik La novela Flatland, escrita en 1884 por el inglés Edwin A. Abbot recrea la fantasía de un mundo plano, de dos dimensiones. Las criaturas de ese universo son chatas, sin espesor, y se deslizan sobre la superficie sin poder alzarse nunca de ella. No es difícil imaginarse una realidad bidimensional. Una ameba colocada sobre una superficie chata es esencialmente bidimensional, su búsqueda de comida a través de pseudópodos se realiza en el contorno bidimensional, y no hacia arriba o hacia abajo. Así como existe un mundo tridimensional (el nuestro) y también el mundo de dos dimensiones de las amebas (o de Flatland), podemos suponer la existencia de un mundo de cuatro dimensiones espaciales. El misterio del cuarto amarillo En "El misterio del cuarto amarillo", el maestro del suspense, Gastón Leroux (autor de "El Fantasma de la Ópera"), propone el siguiente enigma: El cuerpo de una dama que ha sido atacada es encontrado en...
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